- Capas, sobre todo a comienzos de verano. A pesar de que durante el día las temperaturas pueden ser realmente elevadas, por la noche pueden bajar muchísimo. Ponte vestidos ligeros de colores claros con rebecas o sudaderas. Si quieres llevar pantalones, prueba con el lino o el algodón y conjúntalos con un top o una camiseta. Evita llevar ropa demasiado ajustada o tejanos, sobre todo los más apretados (skinny jeans).
- Evita utilizar chanclas por la calle. Pueden resultar tentadoras por su comodidad, pero no resistirán demasiado ante el duro y agujereado asfalto. Además, con las calles atestadas de turistas, el riesgo de recibir un buen pisotón es demasiado alto. Dado que calcetines y deportivas resultarían demasiado calientes para el verano, prueba con sandalias de suela gruesa y al menos 1,5 cm de tacón (al fin y al cabo, la cuña también es moda). Si tienes que llevar el dedo gordo al aire, ten muchísimo cuidado: los turistas de Montana son propensos a pararse en mitad de la calle (y seguramente sobre tu pie) para leer un mapa
- Protege tus ojos con gafas de sol. Aunque los rascacielos y los grandes edificios bloquearán parte del sol, necesitarás unas, sobre todo en el bajo Manhattan. Los sombreros de ala ancha también son una buena opción.
- Utiliza un bolso grande de colores vivos y brillantes para transportar todos tus elementos veraniegos esenciales (esa rebeca o sudadera para la noche y el protector solar). Prueba con uno de esparto y busca siempre que sea seguro y con asas resistentes. Aunque ahora mismo son bastante populares, intenta evitar los bolsos transparentes, pues facilita bastante a los demás el ver lo que llevas dentro.
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